Son de trapo, cuestan 13 euros e incluyen un quit de agujas con las que pinchar algunas de las frases más desafortunadas de políticos. Lo último en las librerías francesas son dos muñecos del presidente Nicolás Sarkozy y de la socialista y rival en las últimas elecciones presidenciales, Ségolène Royal. Se trata de un juego, pero algunos lo pueden ver como una manera de descargar la mala laeche que acumulan los ciudadanos contra los políticos por diversos y variopintos motivos.
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