Rafael Sánchez Ferlosio señalaba en un artículo de 1984 La cultura, ese invento del Gobierno que la fiesta democrática había convertido a los intelectuales en unos monos de feria subvencionados. En ese contexto de consenso y jolgorio, los escritores adictos al conflicto Armando López Salinas, Jesús López Pacheco, Antonio Ferres y los que practicaron el realismo social durante el franquismo no pintaban nada. Vuelven los chicos malos de la literatura española.
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