El destino del decimosexto presidente de Estados Unidos estaba escrito en su ADN. Si el atentado hubiera fallado, Lincoln habría fallecido de igual manera. Su contextura esbelta, con aquellas extremidades largas y delgadas, señalaba casi a gritos su problema. Según los estudios de Sotos, padecía un síndrome genético denominado MEN-2b o síndrome de neoplasia endocrina múltiple. Este raro desorden desencadena el crecimiento de tumores malignos y benignos muy invasivos en la glándula tiroides y en otros órganos endocrinos
|
etiquetas: abraham lincoln , adn , cáncer , genética