No ha bastado: determinadas organizaciones políticas y feministas quieren que dimita, que se vaya, que deje el escaño. Seguramente, Toni Cantó -que no está imputado por corrupción alguna, que tampoco está sometido a investigación de ninguna clase- no merece perdón así lo pida cien veces y se disculpe otras tantas y se flagele por su irresponsabilidad.
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