Un nuevo libro investiga una competición del siglo XVI por quién era el mejor artista. La decisión de las autoridades florentinas de declarar vencedor a Miguel Ángel ayudó a lanzar la carrera del joven artista, y le puso en el camino a la gloria con encargos importantes en Roma.Mientras tanto, Leonardo se vio dejado de lado a pesar de que tenía una reputación más establecida y terminó en la corte francesa, algo que los mecenas italianos habrían considerado peor. "No quedan muchas dudas de que era una competición", afirmó Jones.
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