"La bodega está vacía", dice Emilia, de 66 años, quien recibe una pensión de 1.528 pesos y pasa el día merodeando a ver si llega algo. "Ahí están las dependientas sentadas todo el día sin hacer nada, reciben un salario mensual por trabajar tres días al mes, que es lo que duran los mandados cuando llegan a la bodega", añade y critica que ni esas trabajadoras saben cuándo llegarán los suministros. La pensión de Emilia no le alcanza para hacer compras fuera de la red estatal.
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