"Ayer, uno de ellos me saludó diciendo Allah-u-Akbar (Dios es grande). Como no le respondí igual, me acusó de ser partidario de Gadafi y amenazó con detenerme", relató Rahman, que apoyó la revuelta "desde el principio", pero teme verse en problemas ahora. "Quiero un país rico y laico, no otro emirato medieval y petrolero", agregó, casi en un lamento.
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