Los historiadores no se ponen de acuerdo al señalar la época en la que los distintos pueblos celtas comenzaron a cortar las cabezas de sus enemigos, que luego llevarían como trofeos. Podían colgarlas en las toscas sillas de sus caballos, en las puertas de sus casas o en otros lugares visibles. Suponían el testimonio de una proeza, y las embalsamaban para que se conservaran en buen estado durante mucho tiempo.
|
etiquetas: celtas , cabezas , puig-castellar , aed finnliath