Esto ha sucedido en Lanzarote. La cría no puede con el peso de los 2 hombres, pero la siguen golpeando. Os lo aseguro: se puede disfrutar de un viaje sin participar de estas salvajadas. Sin demanda no hay negocio. Las autoridades no van a prohibir este tipo de salvajadas, pero nosotros podemos frenarlo. Sin clientes no hay negocio: ni camellos, ni los burro taxi de Mijas, ni los coches de caballo paseando turistas a 40º por Sevilla.
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