La agencia de publicidad Muckmouth, de Auckland, Nueva Zelanda, diseñó una blasfema campaña para la empresa Eshe Streatwear. La campaña incluye 4 posters, que fueron distribuidos por todas las calles de Auckland, y estampados en skateboards y camisetas. Tópicos aparte, la publicidad tiene la capacidad de romper tabúes sobre raza, sexo y política. Sobre todo después de las escandalosas campañas de Benetton. En este caso, la campaña arremete contra la religión y refleja algunos escándalos que la han salpicado.
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