Begoña Urroz, de 22 meses, falleció abrasada en 1960 por una bomba colocada en la estación de ferrocarril de Amara (Guipúzcoa). Décadas después se descubrió que ése fue el primer atentado mortal de ETA. Una tía mía, Soledad Arruti Etxegoyen, trabajaba en la consigna de la estación de Amara, en San Sebastián. Yo solía ir a ayudarla para ganarme unas pesetillas. Aquel día dejé a mi niña con ella mientras yo iba a un comercio cercano a comprarle unos zapatitos para ir a Navarra. Cuando volví, había un lío tremendo. ¡Había estallado...
|
etiquetas: terrorismo , víctima , testimonio