En el juicio, Chávez Abarca, de 38 años de edad, admitió su responsabilidad en la ola de atentados en la isla en 1997 y manifestó que Posada Carriles se encontraba detrás de todos los hechos (...) El Tribunal, al tomar la decisión, tomó en cuenta lo aprobado en abril de 2008 por el Consejo de Estado, en cuanto a las sanciones de muerte que fueron conmutadas, así como el arrepentimiento del acusado.
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