Julio murió en el ejercicio puro y duro de la honestidad, y es asombroso comprobar cómo todos y cada uno de sus últimos compañeros de viaje resaltaron esa cualidad en él. "Voy a hacer esto y me voy a volver a casa; ya he tenido bastante", dijo al mayor Frietch cuando acamparon a las puertas de Bagdad. "Julio fue muy honesto: me dijo que lo consideraba muy peligroso", recordó el enviado especial de 'Los Angeles Times' David Zucchino, que decidió jugársela y entrar en la ciudad en un tanque Bradley junto al coronel David Perkins.
|
etiquetas: julio anguita parrado , irak