Alguien roba una imagen de una iglesia y un periodista, sin prueba alguna, culpa directamente a jugadores de rol. "No me atrevo a llamarlos ni delicuentes [...] no pueden ser ladrones ni chorizos ni, por supuesto, coleccionistas de arte religioso [!]. Son unos gamberros disfrazados de Rififi jugando al rol, apuesto lo que quieran". Nos lo cuentan en "La cosa húmeda"
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