El juez Andreu anima a sus contertulios a hacer un pelotazo después de la comida. Olivera y Villarejo aceptan quedarse. El jefe del CITCO recomienda tomar una “bombasa” porque el otro día le probó en casa de su hija. Serán dos bombazas con tónica. Villarejo no toma otra cosa. No tienen mucho tiempo, porque Villarejo tiene una gestión a las cinco y media de la tarde y el juez supuestamente tiene que volver a trabajar, de ahí que telefonee a su chófer, Marcelo, para que lo recoja en 20 minutos. Así que los tres van por faena...
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