Jacqueline Montanez sabe dónde va a morir. Tiene 36 años y es la única mujer en el Estado de Illinois que cumple cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional por un delito que cometió cuando era menor de edad. Cuando se cometió el delito, era una adolescente que salía de una infancia de abusos físicos, sexuales y psicológicos. Fue criada por su padrastro, un temido y brutal “ejecutor” de bandas, que preparó a Jacqueline para que fuera su “soldadito”.
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