A la víctima, tras denunciar los hechos, se le ocurrió llamar por teléfono a su número para comprobar si el chorizo lo descolgaría. La sorpresa se produjo cuando el ladrón, ni corto ni perezoso, respondió. La chica utilizó para ello el móvil de su amiga. Durante las varias conversaciones que mantuvieron ambos, el delincuente trató de animar a su víctima a que esta se tomará una copa con él. «Quería invitarla a tomar algo», señalaron fuentes de la Policía Local de Pontevedra. Por cierto, el ladrón
ha vuelto: bit.ly/nVNFG