El peso de conciencia por el brutal crimen de una joven rumana y su hijo de 8 años ha acabado por desenmascarar al presunto asesino de Polop. Se trata de un marroquí de 20 años que el viernes se entregó voluntariamente en el cuartel de la Guardia Civil, una semana después del homicidio. El sospechoso trabaja en un taller situado en la planta baja de la vivienda donde madre e hijo fueron asesinados, un negocio propiedad del hombre que alquilaba la casa a la mujer, Elena F. D., de 26 años.
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