Un joven chino de 19 años apodado "Pequeño Wang", que vive en la ciudad de Nantong, en la provincia de Jiangsu, se ha cortado la mano para curar, de forma drástica y definitiva, su adicción a Internet. El trágico suceso ocurrió el pasado míercoles, cuando el joven abandonó su casa dejando una nota a su madre: "Mamá, he ido un rato al hospital. No te preocupes, volveré esta tarde". Sin embargo, la madre se alarmó al comprobar que faltaba un cuchillo grande de cocina.
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