José Luis P. M. fue de los madrugadores el pasado 1 de noviembre. Era el séptimo Día de Todos los Santos sin su esposa María Pilar M. F., fallecida en junio de 2015. Optó por acudir al cementerio antes que la muchedumbre. Pero allí, lejos de la paz que esperaba encontrar ante la tumba de su mujer, lo que halló este zapatero jubilado de 79 años fue un cúmulo de infortunios que le llevó a la muerte. Todo se alineó contra él. Se topó con la emboscada de un clan gitano de Torrent a sus enemigos.
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