Corre un viento frío entre las chabolas, construidas con materiales reciclados, cañas, palés, cartón, cuerdas, plásticos y cintas, mientras Coulibaly tiende la ropa. La mañana se ha abierto este viernes en Lepe (Huelva) después de varios días de lluvia, que han dejado a la intemperie a los centenares de jornaleros que viven en asentamientos a las afueras de la localidad, uno de los municipios freseros por excelencia. "Hay que aguantar. Si eres un hombre hay que aguantar", dice.
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