En las fincas de frutas de la provincia andaluza impera la ley del silencio. Decenas de mujeres marroquíes cuentan que sus encargados las chantajean con dejarlas sin trabajo si no mantienen con ellos relaciones sexuales. Casi nadie denuncia por temor al despido. EL ESPAÑOL habla con varias de ellas. "O cedes y callas, o te echan", dice una.
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