Tras asegurarse gracias a las cámaras de que su gato estaba cometiendo esas fechorías, decidió colocarle un rastreador GPS, para seguir sus movimientos y así ver dónde había estado. En tres días Jordan caminó casi 42 kilómetros durante la noche robando los zapatos que sus vecinos dejaban en el jardín o en el porche.
|
etiquetas: gato , diablura , zapatos