El 14 de abril, aniversario de la proclamación de la Segunda República, la Casa Real anunciaba que el Rey se había roto una cadera en Botsuana, donde andaba en una de sus pasiones: matar elefantes. Yo he estado en Okavango, emocionado con la inteligencia y sensibilidad de estos animales, con la atención de las madres con sus crías, con su juegos y reyertas, poderosos y pacíficos. Por eso la abyecta conducta del Monarca me afecta
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