Según recoge Nikkei, el gobierno de Tokio, que desde hace tiempo está intentando alejarse de los disquetes, ahora sí quiere darle el adiós definitivo a esta tecnología obsoleta. Algunos compañías están evaluando una especie de multas para quienes usen este tipo de soporte. Mizuho Bank, ubicado en el distrito de Meguro, dijo que cobrará 50.000 yenes (378 euros) adicionales a sus clientes si siguen utilizándolos.
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