Para quien se define de izquierdas no se trata de redistribuir la riqueza generada por el conjunto de los ciudadanos por medio de una política fiscal que compense las desigualdades sociales, sino que las mismas no surjan ni tengan cobijo. Ello supone democratizar las decisiones económicas de manera que la economía esté al servicio de las personas. Las desigualdades son tan lacerantes que limitarnos a subir un punto o dos los índices de presión fiscal sobre determinadas rentas no es más que un mero maquillaje.
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