A finales de octubre del 2009 cerraron los últimos locales de la famosa cadena debido a la crisis económica que atravesaba Islandia y ahora ya llevan una década sin Happy Meals en sus frías tierras. Ante la noticia del cierre, un ciudadano llamado Hjortur Smarason compró el último pedido de McDonald's de la isla. Pero no para comérselo. Sino para observarlo. Su intención era comprobar una de las mayores leyendas urbanas que giran entorno a la compañía: que sus hamburguesas no se descomponen nunca. La hamburguesa está filmada constantemente.
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