No puedo más. Llevo meses observando con estupor algunas de las atrocidades que el canal Intereconomía emite sin ruborizarse y hasta hoy no me he decidido a dedicarle un post en esta casa. Es cierto que, a veces, el silencio es la mejor manera de no darle más protagonismo del que ya se dan ellos mismos. Sin embargo, creo que la ocasión lo merece, pues las faltas de respeto continuas, los insultos, las vejaciones y las salidas de tono no pueden quedarse impunes, al menos, socialmente.
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