"Para alguien que no es un fan de Justin Bieber, estar obliugado a escuchar una de sus canciones una y otra vez podría considerarse un castigo cruel y desacostumbrado. En el instituto de Evanston Township, lo llamaron un acto para recaudar fondos. Para motivar a sus compañeros a donar dinero para un café/centro de arte en dificultades, dos estudiantes convencieron a la dirección del centro para repetir 'Baby' por la megafonía entre clase y clase hasta que consiguieran 1.000 dólares. Los lograron en tres días".
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