La gente ya no gasta inocentadas. Bueno, de hecho muchas situaciones cotidianas lo parecen: alquileres de infraviviendas a precios desorbitados; jornadas laborales remuneradas con salarios pre-revolución industrial; diez millones de personas contemplando en directo en televisión el resultado de la operación de cirugía estética de Belén Esteban; a Obama le dan el Premio Nobel de la paz...
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