"Sabemos perfectamente que no nos podrán pagar tampoco dentro de tres años, pero ahora mismo las cuentas no aguantan las provisiones que tendríamos que hacer si llevamos a todas estas inmobiliarias a concurso, y para entonces esperamos estar mejor", reconocen en una entidad presente en varios sindicados del sector. Y ahí es donde está el quid de la cuestión: cuando se produzcan esas quiebras, las provisiones dotadas con la reforma financiera resultarán insuficientes para cubrirlas.
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