Un coche de regalo, 600 euros por cada hijo, 1.000 euros si la boda es pronto, la cocina montada con todos los electrodomésticos, un fin de semana a gastos pagados, fiestas con paella y clases de golf... Son los nuevos ganchos que utilizan las inmobiliarias para vender los pisos. Tras casi una década en la que se ha batido tres veces el récord de construcción (1998, 2000 y 2004), la situación vuelve a la normalidad. Al año se vendían unos 4.500 ó 5.000 pisos, pero ahora se ha bajado hasta los 3.500, un 30% menos.
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