"Me di cuenta de que consumía, porque encontré en casa libritos de papel del que se usa para liar porros, y también me percaté de que vendía drogas(...)Yo le decía que tenía que cambiar, ponerse en cura y empezar a trabajar, pero él no reconocía lo que pasaba", dice la madre. La situación llegó a ser tan desesperada que, ni corta ni perezosa, presentó hasta dos denuncias en la Policía. Fue detenido e ingresó en la cárcel de Villabona. Fue el principio de su salvación. Hoy, está prácticamente rehabilitado.
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