Hay un uso popular, no aceptado por la norma, que consiste en sustituir los imperativos terminados en -d (cantad, corred, vivid) por el infinitivo correspondiente. Así, es frecuente oír expresiones como esta: (1) ¡Correr, correr, que se nos escapa el tren! El infinitivo de (1) está sustituyendo al imperativo de segunda persona plural en su forma de confianza (vosotros), que es el que se utiliza en la lengua culta y el que debemos emplear, en cualquier caso, cuando escribamos: (2) ¡Corred, corred, que se nos escapa el tren!
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