Después de las cerca de seis horas y media de declaración ante el juez Castro, la infanta Cristina salió del edificio de los juzgados tratando de mostrar una amplia sonrisa. Una actitud acorde a la de sus abogados que se esforzaron en mostrar una exultante satisfacción y negaron que la infanta hubiera tenido privilegios o que decidiera no contestar a las acusaciones populares, pese a que no lo hizo. - Seguir leyendo:
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