La industria de la cosmética se deshidrata o, al menos, aquellas firmas más preocupadas por el medio ambiente. “Es imprescindible reducir lo máximo posible el uso de un bien tan escaso como el agua en nuestras formulaciones. Lo podemos hacer con fórmulas sólidas, en polvo o a base de aceites e incluso mantecas con muy bajo porcentaje de agua. Otra opción es emplear el agua que se obtiene de la utilización de algas y así evitamos el uso de agua dulce”, indicó Anna Callao, directora técnica de Inquiaroma, en el foro de cosmética natural Green Bea
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