La Generalitat de Cataluña ha aprobado una nueva tasa a las bebidas azucaradas, castigando así a compañías multinacionales como Coca-Cola, Pepsi o Schweppes, pero también a empresas locales como el fabricante de gaseosas Sanmy, propiedad de la familia Puértolas. Según han confirmado a la revista digital elEconomista Alimentación fuentes de toda solvencia, la industria catalana logró, en cambio, paralizar un impuesto a las grasas saturadas, lo que hubiera afectado a la cuenta de resultados de compañías como Nutrexpa, Panrico o Tarradellas.
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