Quizás los destinatarios de este reconocimiento preferirían ahora que los aplausos se tornaran en otras actitudes, casi todas en torno a una palabra: responsabilidad. Grupos de personas que quedan para verse, gente que camina sin mascarilla y barrios enteros que se echan a la calle sin mantener la distancia de seguridad. Para cualquiera podría ser una falta de civismo: para ellos, la posibilidad de que se repita una pesadilla que no ha terminado.
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