El Alvia no pudo salir el martes porque el conductor suplente no estaba habilitado para conducirlo y el tren sustituto de media distancia tenía menos plazas y no había asientos para todos. "Bienvenidos al AVE de Extremadura", dice con sorna un pasajero mientras intenta no pisar a algunos otros viajeros que están tirados en los pasillos del tren, que cubre la línea Madrid-Badajoz. Es la última "indecencia, que no incidencia" del servicio ferroviario en esta comunidad autónoma, define uno de los pasajeros afectados.
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