Este método de calefacción sostenible y económico también conlleva riesgos. El principal, las posibles intoxicaciones por monóxido de carbono y el peligro de incendio. Jesús lleva toda la vida haciendo picón. Un oficio que aprendió de su padre y que le mantiene ocupado todo el invierno. Cada año, puede producir alrededor de 500 sacos. Cada uno de estos sacos permite encender hasta catorce braseros.
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