El sol apenas resulta ya visible en dichas zonas y una neblina grisácea, que carga el ambiente y es capaz de provocar mareos, dolores de cabeza y hasta problemas respiratorios o asma, ocupa el cielo la mayoría de los días, absorbiendo o rebotando los rayos solares e impidiendo que el sol haga acto de presencia pese a la ausencia de nubosidad. Podéis comprobarlo en las fotos de satélite de la NASA:
earthobservatory.nasa.gov/NaturalHazards/natural_hazards_v2.php3?img_i