Siempre he defendido las redes sociales como ámbito de difusión de ideas, contra aquéllos que afirman que no se puede esperar un debate serio u opiniones de valor en Facebook o Twitter. Dicho esto, es indudable que la llamada Revelación de Sturgeon sigue siendo válida: el 90% de los estados de Facebook y los tuits de Twitter son basura. Sirva esto a modo de disculpas por escribir sobre polémicas que sólo ocurren en un rincón infinitesimal de Twitter: específicamente, en la columna donde sigo las apariciones de las palabras ateo o ateos
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