El desafío horario al que se someten las familias que deben compaginar el trabajo con el cuidado de los hijos, un auténtico sudoku que hay que resolver a principios de septiembre, suele tener como prueba iniciática la conocida como adaptación. Consiste en facilitar a los más pequeños una entrada gradual y en compañía de sus progenitores, algo que los primeros agradecen pero que obliga a los segundos a tirar de vacaciones, días festivos o abuelos para cubrirlo.
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