[c&p] La suerte de tener implantes de pecho. Una mujer que trabajaba en la recepción de un dentista en Beverly Hill California vio de pronto cómo se abría la puerta y entraba un hombre armado que sin preguntar abrió fuego. Lydia Carranza recibió un disparo en el pecho y si no hubiera sido por sus implantes de silicona, habría muerto. El desconocido le disparó directamente al corazón, pero uno de sus implantes absorbió el impacto e impidió que el proyectil tocará su órgano vital.
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