Es obligado reconocer que la Conferencia Episcopal Española es ejemplarmente clara. Ahora, con el siempre loable objetivo de poner los puntos sobre las íes, el máximo órgano de gobierno de esa secta mal llamada cristiana, organiza la beatificación de medio centenar de mártires de la Cruzada Falangista del 18 de julio de 1936.
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