La situación siempre puede empeorar aún más. Así lo creen los inversores al término de una jornada aciaga, en la que el Ibex se quedó al borde de su mayor caída del año (un 4,51% hoy) y, de paso, de perder los 7.000 puntos. Las esperanzas puestas en China cayeron en saco roto, y General Motors y Citi vivían horas críticas. Todo en el día en el que el BCE dejaba los tipos en mínimos históricos.
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