El regulador británico para el gas y la electricidad, Ofgem, investiga desde ayer las prácticas comerciales de cuatro grandes eléctricas (entre las que se encuentra Scottish Power, filial de Iberdrola) ya que quiere comprobar si estas empresas están cumpliendo con los nuevos preceptos legales del pasado mes de octubre que impiden las prácticas engañosas o poco escrupulosas a la hora de captar nuevos clientes.
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