El satélite europeo Gaia midió los movimientos de una serie de estrellas cercanas, y al hacerlo detectó una «corriente» previamente desconocida, llamada S1. Los cálculos posteriores apuntaron a que se trataba de los restos de una pequeña galaxia enana, canibalizada por la Vía Láctea largo tiempo atrás. Y ahora, un nuevo estudio de Ciran O´Hare, de la Universidad de Zaragoza, ha descubierto que diez mil millones de masas solares de materia oscura se dirigen contra nosotros. En español:
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menea.me/1t1yr