El exitoso final de 'Masterchef' pone de manifiesto el gusto de la audiencia por la humillación pública de concursantes. Ya ocurría con Operación Triunfo, pero el juez Risto era solo uno ejerciendo de trol, no todo un jurado. Encima, Masterchef, de la productora Shine, es de News Corporation, donde Aznar es consejero, y cada vez tiene más contratos con TVE mientras ésta retira los programas culturales de producción propia, el último 'Para Todos' en La2. Lo peor, es que en la TDT no faltan precisamente programas que recurren a la humillación.
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