Aahh… como nos gustan estos lugares con leyendas “de cine”. Fantasmas, asesinatos, psicópatas y niñas en triciclo sonriendo mientras se alejan por pasillos alfombrados e interminables. Y que gustito tiene que dar, para los amantes del buen cine de terror, pasar una noche en la habitación 217 del Hotel Stanley, la misma habitación en la que Stephen King escribió buena parte de “El resplandor”, inspirado en las propias vivencias que experimentó en dicho hotel.
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